Por Jacqueline Bassi
El tratado de libre comercio para las Américas denominado ALCA, cuyos principios fundamentales son : la preservación y fortalecimiento de las comunidades democráticas, la promoción del bienestar económico a través de la integración del libre comercio, la erradicación de la pobreza y la discriminación en el hemisferio y la garantía del continuo desarrollo y preservación de las condiciones ambientales para el bienestar de las generaciones futuras, no acaba de formarse y cada vez parece alejarse mas de la realidad. Los oponentes más acalorados son los trabajadores agrícolas, entre ellos los integrantes de la coalición de trabajadores agrícolas de Immokalee. Julia Gabriel caminó treinta y cuatro millas durante tres días, para estar presente en la manifestación en contra del Alca, organizada, por la coalición de trabajadores de Immokalee que se asentó el 19 de noviembre del 2003 en la noche en el Bay Front Park de Miami. “lo que queríamos es que los que estaban allá adentro nos escucharan, sabemos que el mensaje les llego, no usamos violencia, tarde ó temparano nos van a escuchar, nos van a entender de que tenemos razón, que el destino de ellos
depende del de nosotros”. Julia Gabriel dice que es un esfuerzo que vale la pena. “Siempre hemos estado luchando y seguiremos luchando, nosotros la coalición de Immokalee, para cambiar el mundo por uno mejor y tener un futuro mejor para nuestros hijos y nuestros nietos”. “Si no nos atienden, regresaremos hasta que se haga”. Julia Gabriel es líder en la lucha por la abolición de la esclavitud laboral, por la abolición del maltrato y la violencia a los trabajadores agrícolas y por la lucha contra la explotación salarial, ella dice que los tratados de libre comercio traerán más pobreza a los trabajadores de la tierra, menos garantías a sus derechos humanos y salarios cada vez mas bajos. “Lo hemos vivido y lo hemos visto en casi todo”. Julia trabajó diez años recogiendo tomates en los cultivos de la Florida. Trabajó día tras día de diez a doce horas diarias; sin pago por trabajo de horas extras, sin derecho a pago por días de enfermedad y sin pago alguno por los días festivos. También trabajó en cautiverio en las plantaciones del Sur de Carolina y la Florida, engañada y esclavisada por sus empleadores. Su coraje y valentía la ayudaron a escapar de las plantaciones y más tarde a delatar a sus empleadores quiénes finalmente fueron a prisión. Desde entonces, su lucha no ha cesado. Ella no cree en el Alca, “que borren eso, por eso hemos caminado y seguiremos caminando”. Tampoco Lucas
Benítez cree en las negociaciones que se gestan para crear El Area de Libre Comercio de las Américas. “Mientras en las pláticas no se incluyan a las personas que son realmente afectadas éstos tratados sólo traerán más pobreza a nuestros pueblos”. Y agrega “el TLC entre México, Estados Unidos y Canadá se negoció completamente a escondidas, a espaldas de todo el mundo. Cuando salió ya salió, salió una crísis para México, para el campo mexicano, para el pequeño empresario, para el pequeño agricultor. Entonces, antes México primer productor en grano, despues del Tratado de Libre Comercio, México primer productor pero de mano de obra barata para los Estados Unidos, y eso es lo que crean los tratados de libre comercio”. Lucas Benitez también es líder de una lucha sin tregua para mejorar las condiciones de los trabajadores agrícolas. Vino de Guerrero, México, a trabajar en los campos recogiendo tomate. Pero hoy trabaja gran parte del tiempo en la Coalición de trabajadores de Immokalee, el es uno de sus fundadores. Junto a Julia Gabriel y Romero Ramírez, Lucas Benitez recibió el premio Robert F. Kennedy Human Rights Award del 2003 por su incansable lucha por los derechos y el respeto a los trabajadores agrícolas, por su lucha contra la violencia y la esclavitud a sus compañeros en el campo. También integró la caminata de las 34 millas el 19 de noviembre
del 2003; camino tres días seguidos para simbolizar una lucha incansable. También seguirá caminando para detener el Alca.
Pero los trabajadores agrícolas no son los únicos que no creen en el ALCA, según John H. Coastsworth, director en la Universidad de Harvard del Center of Latin American Studies, “los derechos humanos sociales y económicos no parecen ser prioritarios en la agenda de los Estados Unidos para América Latina”. Coastsworth dice que “…..el interés los Estados Unidos por un acuerdo de Libre comercio en las Ameritas, no se ha visto acompañado por algún nuevo compromiso de asistencia a la región para superar la pobreza y la desigualdad. Y es precisamente el conflictivo sector agrícola el que no permitió que se llegara al ALCA en enero del 2005 como estaba previsto. De acuerdo con el vicecanciller argentino Martín Redrado, el debate por la eliminación de los subsidios agrícolas que protegen a los productores norteamericanos es una de las principales trabas para la creación del bloque hemisférico. Los países del bloque del MERCOSUR quienes tienen una economía basada especialmente en la agricultura reclaman la disminución de subsidios que impiden la penetración de sus productos en otros mercados, principalmente en Estados Unidos. A pesar de estas declaraciones y de las continuas manifestaciones de los trabajadores agrícolas, los ministros de comercio de los 34 países democráticos de este hemisferio y más de mil líderes comerciales de América del Norte, América Central, América del Sur y las Antillas proclaman que el tratado traerá prosperidad y crecimiento económico para América. Sin embargo El ALCA no se firmo y no hay nada definido a corto plazo en la agenda latinoamericana con respecto al ALCA. Tanto trabajadores agrícolas como expertos en la materia parecen estar de acuerdo en que mientras no se tenga en cuenta los derechos humanos, sociales y económicos de los más débiles, y mientras no se trabaje arduamente en el tema agrícola, no habrá ALCA en América.
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