Donald Trump Y Su Serpiente Venenosa
Hace un
tiempo un amigo me dijo que las
predicciones de Nostradamus apuntaban que al final de los días un hombre negro sería
presidente de los estados unidos y que después un demonio lo sería.
No creo en predicciones,
pero no deja de inquietarme la idea de
que Donald Trump se convierta en ese demonio del que supuestamente hablan las predicciones
de Nostradamus, las cuales, dicho sea de
paso, no he leído.
Empero, cierto es que Donald se me asemeja a un
demonio y particularmente me impresionó mucho su
discurso en el que utilizó la versión de Al Wilson de La Serpiente
Viciosa como una metáfora aparentemente para recrear la ley de inmigración.
En su
discurso, un Trump enardecido cuenta la historia de una mujer que se encuentra una
hermosa serpiente venenosa y moribunda debajo de un puente, en pleno invierno. La mujer, según narra la historia, y Trump explica, queda deslumbrada con los colores
nacarados y los destellos de luz de la piel de la serpiente y decide recogerla y llevarla a casa para
cuidarla y protegerla. Llegando a casa, la mujer le hace un nido cerca de la chimenea para que no tuviera frio y le da
leche y miel. A los pocos días, la
serpiente ya recuperada, muerde mortalmente a la mujer. Y ésta, llena de sorpresa y sollozante le dice a la serpiente: te he recogido de debajo de un
puente, te he abrigado, te he dado leche y miel, ¿y así me pagas? ¡Me has mordido y ahora moriré! ...Y siguiendo con su narración Trump dice que la
serpiente se levantó y le dijo a la
mujer: ¿y qué me reclamas? Tú sabias que yo era una serpiente venenosa y sin
embargo me recogiste y me trajiste a tu casa, y me abrigaste, y me alimentaste. ¿Qué
esperabas?
...y por ahí
sigue Donald con su fabula retorica; la que él presenta como parte de su de campaña
presidencial, y que yo interpreto a mi manera! Ósea, casi que oigo en su discurso/fabula a
Donald convertido en la serpiente que nos dice: ¡Ustedes sabían que yo era un
demonio! ¡Y aun así me eligieron como su presidente! ¿y ahora de qué se quejan?
Lo cierto
de toda esta campaña xenofóbica es que Trump
ha logrado envenenar la virtud más
grande del pueblo americano, osea el altruismo. Siempre he admirado al pueblo americano por su
lucha por los derechos humanos, por los derechos animales, por los derechos del
menos favorecido, del más débil. Su
lucha en contra del acoso en todas sus formas: al negro, al transexual, a la mujer,
al oprimido, al feo. Una lucha que ha hecho doblando sus rodillas para descender de su
pedestal de hombre privilegiado e igualarse al desventajado. Es asombroso que
Donald Trump con sus palabras necias y
su ego de niño rico que necesita un juguete nuevo, o la
presidencia de estados unidos para tenerlo todo, haya logrado mellar los cimientos de la sociedad
mas filantrópica del mundo/ Y que el eco de su perorata y su habilidad para aflorar
los sentimientos más mezquinos del hombre
haya penetrado los rincones más remotos de nuestro país.
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